Los dolores del alma brotan pues nos aferramos a las vivencias como un todo, así sean agradables o desapacibles. No tenemos ganas que lo satisfactorio desaparezca y, raramente, nutrimos lo lamentable por el hecho de que podemos encontrar algunos provecho ocultos que están ahí.
María B. Alonso Fabregat. Sicóloga Clínica y Forense.
Antes de mostrar la naturaleza del padecimiento humano, ese mal molesto, al que ciertos mencionan en el pecho, al que hablamos en el momento en que verbalizamos, «me duele el alma», habría que transcribir a qué tiene relación o detalla algo tan poco palpable y objetivable como el ‘alma’. Anima o espíritu como lo conceptualiza la filosofía. Intangible, invisible, en la antigüedad se anteponía al cuerpo, ocasionando el dualismo. Los pensadores helenos aceptaron el alma como sabiduría, como alma de los sentidos y como espíritu.
Impide tomar resoluciones precipitadas
Debido al mal psicológico, bastante gente actúan de forma imprudente sin meditar en las probables secuelas. Es esencial supervisar esto, puesto que puede empeorar la situación o lograr que escojamos cosas que verdaderamente no tenemos ganas.
Cuanto mucho más mal sientes, mucho más posible es que tomes una resolución inadecuada por impulso.
De qué forma expresar nuestro mal
Para sanar las lesiones debemos estudiar a identificarlas. Para esto, debemos expresar aquellas conmuevas que nos duelen. En el momento en que verbalizamos nuestro mal, lo nombramos, lo identificamos y después lo intentamos apropiadamente.
Debemos tomar en consideración que todos con frecuencia pasamos por pésimos instantes y experimentamos niveles diferentes de mal sensible. Absolutamente nadie está exento. No tenemos la posibilidad de esconder todo cuanto vivimos, debemos encararlo. Reprimir nuestras conmuevas solo nubla el desarrollo de restauración y curación, con lo que debemos dejar que nuestras conmuevas se expresen sin más ni más preámbulos.
Qué es el mal psicológico
El mal psicológico puede parecer lo mismo que el mal sensible, pero no es así. El mal psicológico es aquel que se apoya en una perturbación de la rama simpática del sistema inquieto autónomo, esto es, sufrir ansiedad.
Siempre y en todo momento explico esta clase de mal con una ecuación: la ansiedad es para el sistema psíquico lo que el mal es para el sistema físico. En otras expresiones, el mal físico nos comunica que algo anda mal con nuestro cuerpo y la ansiedad nos comunica que algo anda mal con nuestro sistema mental.