La primordial forma de reducir el accionar es castigar al perro en el momento en que hace algo mal, por servirnos de un ejemplo sacudiéndolo de forma fuerte por el cogote. No obstante, la especialidad con frecuencia marcha mejor en el momento en que se hace de manera cuidadosa. Ahora se describen ciertos métodos.
Y tú, ¿qué haces para castigar a tu perro en el momento en que “se porta mal”? ¿En algún momento has planeado si los métodos que empleas son suficientemente efectivos? ¿Pudiste eliminar cualquier accionar molesto a través del castigo?
Hete aquí entre los enormes temas del enfrentamiento: castigar o no castigar…
Perseverancia
«En la perseverancia va a estar la recompensa»
Es verdad que puede parecerte un tanto trillado, pero la verdad es que la crianza de una mascota va a depender de ti, única y de forma exclusiva de ti, si bien consigas tener acompañamiento, siempre y en todo momento vas a ser su modelo a proseguir.
Redirigir su accionar en el momento en que lo sorprendas instantaneamente
Para reñir a tu perro de forma eficaz, tienes que emprender la situación mientras que se realiza la acción no deseada o justo después. No puedes reñir a tu perro por algo que haya hecho anteriormente pues no posee la aptitud de comprender por qué razón lo andas disciplinando. No obstante, en el momento en que lo te des cuenta realizando algo mal, puedes enseñarle a cambiar su accionar
De los mejores métodos para ello es la redirección, consistente en parar al perro por fuerza instantaneamente y ofrecerle una alternativa diferente. para eludir este accionar. Por poner un ejemplo, si lo hallas mordiéndote los zapatos, llama su atención con un «¡NO!» fuerte y enérgico, y retire el objeto de su boca. En el momento en que esté relajado, dele un juguete para masticar, y en el momento en que esté masticando, elógielo cariñosamente y una gominola a fin de que comprenda que es lo que debe masticar.
¿De qué manera ha de ser el corrector? Hay 2 opciones…
Opción #1 – Si tu Super Cub hace algo que no disfrutas o te molesta, es preferible enseñarle una alternativa de de qué forma debe actuar. Si sencillamente afirmas NO y no le das otra alternativa, ¿de qué manera va a aprender lo que esperas de él? Para una regañina es suficiente con un suave «no», no es necesario ofenderlo ni chillar bastante (como es natural, ni se te ocurra pegarle). Lo último que deseas es que tu perro pierda la seguridad en ti o te tenga temor. Para él significa lo mismo si lo corriges por fisgar en el bote de basura o por morder toda la silla en la salón de estar, no sabe qué acción es peor que la otra. Ayúdelo amablemente a comprender qué está bien y qué no.
Ciertos ejemplos para utilizar esta alternativa correctiva: