¿Plañir, enojarme, lamentarme? Estos son puntos escenciales para sanar las lesiones de la separación, pero asimismo para cuidarse, charlar bien y tratarse mejor. Pues si bien no hayas podido formar parte en la resolución de separación, es viable -y aconsejable- asumir la compromiso de ti y proseguir adelante.
Comunmente, en el momento en que iniciamos una relación, el cariño romántico corre por nuestras venas, por todos nuestros sentidos. Sentimos un fuerte deseo y pasión por nuestra pareja y la idealizamos, ignorando varios de sus defectos. Esto sucede a través del enamoramiento o limerencia, desarrollo que, según expertos como la maestra Cindy Hazan, de la Facultad de Cornell en Novedosa York, puede perdurar de 18 a 30 meses.
Tras esta etapa inicial, que cambia para cada relación cariñosa, la pareja entra en una exclusiva etapa donde la pasión por el momento no es tan esencial. En esta etapa empezamos a conocer al otro como es. Asimismo observamos su lado obscuro, sus defectos, lo que nos enfada.
Hace más fuerte tu autovaloración
Una herida es la expresión de una situación que no deseas que vuelva a acontecer. No obstante, hay mucho más en la presencia que este suceso concreto. Vea la hermosura de su historia desde un criterio holístico.
Protege tu autovaloración y confort por medio de acciones que reflejen el autocuidado períodico. Es esencial eludir armaduras que den una falsa sensación de protección. Postergar ciertos objetivos por miedo a regresar a lastimarse puede intensificar el mal.
Trabaja tu autovaloración
Como la prueba señala, el desarrollo de separación siempre y en todo momento supone un cambio en el autoconcepto. O sea predecible, singularmente en el momento en que pasaste bastante tiempo con esta persona. En estas situaciones, todos y cada uno de los puntos de tu vida se distribuyen con ella, lo que asimismo supone a nivel sensible.
Es común que tu autovaloración se vea comprometida después de un desarrollo de abandono. Existen muchas formas de encenderlo, conque aquí hay ciertas ideas. Has de ser siendo consciente de este aspecto, puesto que posiblemente, si lo desatiendes, logre derivar en capítulos de depresión y ansiedad. De ahí que es primordial la mediación de un terapeuta.
La curación sensible como comburente para el desarrollo personal
A la gente les va bien en el momento en que nos enfocamos en los sentimientos y experiencias conforme brotan. Ha de ser algo fluido, algo que despierte esa sabiduría curativa innata que radica en el cuerpo y la cabeza. Es un desarrollo afín a la digestión, donde cada experiencia puede ser útil como comburente para el desarrollo personal.
Si dejamos que la furia, la decepción o la desesperación se queden atascadas, nos enfermaremos. Nuestra misión va a ser liberarnos de los efectos del abandono, el cariño no correspondido o la angustia de estar en una relación infeliz. Han de ser procesados de forma sana para empoderarnos, brindándonos la oportunidad de medrar en madurez y compromiso.
«La pareja es un organismo vivo y, como tal, ha de estar sana, debe desarrollar un sistema inmunológico para tener los elementos precisos y suficientes para enfrentar las crisis. Sanar a la pareja no es llevarlos a un estado ideal y poco verdadera, sino más bien desarrollar anticuerpos cariñosos para resguardarlos. Y esta cura es imposible imponer desde fuera, como una medicina, sino es un desarrollo que debe venir desde dentro”.
–¿Qué mucho más?
–Considerablemente más. Lo que nos hace humanos es la necesidad de trascender y la conciencia de esa necesidad. Esto asimismo se instala en la pareja. Últimamente supimos que hay siete mil miles de individuos en el planeta, pero no hay 2 iguales y jamás lo van a ser; en consecuencia, cualquier conexión va a ser entre distintas personas. Esto es imposible dejar a la suerte. Todas estas vidas tiene un concepto en sí, y en el momento en que 2 vidas se juntan crean lo que yo llamo «el tercer cuerpo». Este tercer cuerpo asimismo tiene un concepto y una vida propia pagada por estos 2 seres únicos que lo hicieron. Es un concepto que no se revela en sí, sino hay que descubrirlo.