Cuál es el lugar más chismoso del mundo

El pueblo chismoso de todo el mundo Icononzo es un ayuntamiento colombiano situado en el oriente del Tolima.

El chisme no es un acto tan inocente como semeja, ni es una práctica profesional. No es que favorezca la civilización del no afirmes fulano, sino más bien… y va en oposición a la transparencia.

El tema es viejo y exquisito. Cualquier persona que haya incursionado en el planeta laboral sabe que hay, y si bien nos avergüence reconocerlo, asimismo formamos una parte de él. En ocasiones llega tangencialmente, en ocasiones somos víctimas y en muchas otras la participación es como un estornudo: llega sin comunicar. Los chimentos en los corredores son tan viejos como los negocios.

Pero el tema no se enfoca en el secreto de su vida, sino más bien en de qué manera se genera y las secuelas que esto trae para las corporaciones. La verdad es que, si bien entendemos que es una práctica que empaña la imagen profesional de quienes la practican, que mengua la eficacia y quita tiempo a los usados, la multitud a todos y cada uno de los escenarios prosigue chismeando con una alegría poco común.

Existen estudios que charlan de las ventajas del chisme en las compañías. Travis J. Grosser y Virgina López Kindwell, alumnos de doctorado en Administración de Compañías de Harvard, afirman que las redes que se establecen entre chismosos tienen la posibilidad de transformarse en una herramienta de comunicación que se haga más fácil las tareas y fomente un tiempo de seguridad y compañerismo. No estoy conforme.

Desde mi criterio, el chisme se utiliza para inducir hábitos contrarios a las buenas prácticas:

1. El chisme se utiliza para abonar el lote de la zozobra y el temor colectivo. Es el vehículo predilecto del bullying empresarial y es una manera de comunicación que, sin reglas, se lleva a cabo de manera poco saludable y distanciada de las prácticas morales. El chisme manda mensajes poco claros, y cuanto mucho más equívocos sean, mejor. El resultado es estruendos en el sitio de trabajo que puede conducir a una falta de eficacia y un ámbito de trabajo pobre.
2. Los chimentos son críticas que no precisan acompañamiento. O sea una parte de su naturaleza. Alguno puede decir cualquier cosa sin precisar justificar o evaluar nada. Puede ser una patraña sin que absolutamente nadie se moleste en probar que es falsa. Son un cáncer que aniquila las células sanas, de buen accionar y de etiqueta de comunicación. Al decir las cosas en voz baja, no hay necesidad de dar pruebas, y le resta calidad y responsabilidad.
3. El chisme es de forma frecuente un trueque injusto de información. En el momento en que estamos con un conjunto de individuos comentando en susurros, comunmente están comentando con un tercero que no está presente. Es verdad, es lindísimo comentar las fallas y reírse de algo que le pasó a alguien que no está. Lo peor es que en algún momento la víctima se transforma en victimario.
4. El chisme ayuda a la generación de enfrentamientos. Esto en sí mina el desempeño y crea subgrupos opuestos que ralentizan el trabajo, matan el trabajo en grupo y destrozan el deber.
5. El chisme semeja ser un factor democratizador que aplana la curva jerárquica de las instituciones. No son. Toda organización debe tener construcciones que respeten los niveles diferentes de autoridad y subordinación. El chisme vende espejismos que procuran y consiguen confundir sin respetar categorías.

Todo el planeta chismea, y no es tan malo

La práctica se regresa puramente perjudicial en el momento en que no ofrece chances para la educación popular, dicen los científicos, como comentarios groseros sobre el aspecto o la salud de alguien y comentarios que son descaradamente falsas.

El chisme crítico o negativo puede ser útil en el momento en que da estudio cultural y ordena a la gente a actuar mejor.