Si bien en contraste a los humanos y otras especies, la saliva de los perros no posee enzimas digestibles que empiecen a desarticular los alimentos, con lo que este desarrollo recae mucho más en los órganos internos.
Los perros y los gatos pertenecen a nuestra vida ahora ocasiones tendemos a meditar que distribuyen especificaciones fisiológicas. Esto está lejos de la verdad en el momento en que se habla del sistema digestivo. Evolucionaron desde un antepasado común que apartó sus estirpes hace 55 millones de años. Es mucho más que lógico y evidente meditar que tus pretensiones alimenticias, tal como tu sistema digestivo, han evolucionado de distintas formas. Tienen la posibilidad de ser aun mucho más distintas de lo que pensamos. No se habla solo de especificaciones fisiológicas; asimismo es una cuestión de accionar. Cualquier persona que conviva con perros y gatos sabe de qué manera se comportan de forma diferente en el momento en que comen y toman. Los gatos son lo que llamamos «comedores de bocadillos», lo que quiere decir que comen en el momento en que desean múltiples ocasiones cada día. Además de esto, es bastante extraño atraparlos tomando. Dar de comer a los gatos como a los perros pequeños tiene la posibilidad de tener secuelas mortales para nuestros amigos.
El aparato digestivo está compuesto por múltiples órganos que se tienen la posibilidad de dividir en primordiales y complementos. Ciertos de ellos son muy populares y otros tienen nombres extraños como yeyuno. Los nombres son exactamente los mismos para perros y gatos, pero están diferencias en todas y cada una partes en sus tractos digestibles. El sistema digestivo se hace cargo de la digestión, esto es, de editar los alimentos a fin de que logren ser atraídos y usados por las células de perros y gatos. Sus primordiales funcionalidades son el transporte de alimentos, secreción de jugos gástricos, absorción de nutrientes y supresión de desechos (desarrollo de defecación).
Por el hígado
El hígado asimismo es grande en los perros, en tanto que asimismo cumple múltiples funcionalidades. Podemos destacar que aquí se crea la bilis, primordial para digerir las grasas, antes de ser guardada por la vesícula biliar.
Este órgano escencial asimismo sirve como una suerte de depósito, donde se guardan reservas de distintos nutrientes como vitaminas y minerales.
El intestino angosto: penúltima etapa
Hablamos al órgano mucho más largo que tienen todos y cada uno de los perros. Y ten en cuenta que su tamaño puede aun multiplicarse (siempre y en todo momento contando en centímetros cuadrados). Lo realiza merced a su alto número de vellosidades. La fisonomía de esta una parte del intestino regula la circulación de los alimentos. También, se hacen más fácil los flujos de nutrientes.
Por consiguiente, se genera el mayor porcentaje de digestión química de estos animales. Primero, está la recepción de los jugos gástricos. Seguidamente, la etapa media relacionada con la absorción de nutrientes merece tu atención. Por último, en el final del intestino angosto podemos encontrar el conducto hacia el intestino abultado.
El sentido del tacto
Los perros tienen un sentido del tacto afín al de los humanos, logrando sentir el frío, el calor, el mal… mediante su piel. Además de esto, los perros tienen pelos táctiles mucho más largos en el hocico, las cejas y el mentón, llamados vibrisas, ricos en terminaciones inquietas y en consecuencia mucho más sensibles. Por contra, las almohadillas para los pies no le dejan catalogar información del lote muy precisa.
Finalmente, ten en cuenta que, de la misma la gente, los perros pierden sus facultades con la edad, con lo que su visión y oído se estropean, pero su olfato continúa prácticamente intacto y eso es lo que les va a ayudar a orientarse.