Últimamente se describieron 2 “nuevos sentidos”, son el vestibular y el propioceptivo, pero la mayor parte de la gente prosiguen guiándose por los habituales.
Mediante este producto vas a conocer las bases y también relevancia del avance sensorial según la pedagogía Waldorf, lo que te dejará entender mejor el enorme valor de las RIMAS CON MOVIMIENTO.
Rudolf Steiner, principal creador de la Pedagogía Waldorf, guió su metodología fundamentada en lo que podríamos llamar “psicología antroposófica evolutiva”, asimismo creada por él.
En la escuela me explicaban que contamos cinco sentidos, mis abuelos afirmaban que ‘los que comen y cantan no tienen cinco sentidos’, y mis progenitores me afirmaban que usara el cinco sentidos en todo cuanto hacía De este modo medré pensando que solo disponemos cinco sentidos, pero transcurrido un tiempo descubrí que sentir es considerablemente más. El oído, la visión, el olfato, el gusto y el tacto son sistemas sensoriales que llamamos exteroceptivos. Reciben este nombre pues estos sentidos nos reportan sobre lo que sucede fuera de nuestro cuerpo: tenemos la posibilidad de sentir la luz, los sonidos, la temperatura, la sensación de mal, los fragancias, el gusto y la temperatura de las substancias y cualquier sensación que venga del exterior. . ¿Y el interior entonces…? ¿Nosotros asimismo estamos por la parte interior? Claro. Entre otras muchas cosas, el hombre es con la capacidad de sentir si está tumbado o parado, en movimiento o totalmente inmóvil, si tiene las piernas cruzadas o los brazos levantados… y o sea viable merced a los sistemas propioceptivos. Si bien quizás poco se mencionó de ellos, estos sistemas son fundamentales en la vida humana, puesto que nos reportan sobre quiénes somos y de qué manera es nuestro cuerpo, su situación y movimiento con relación a el espacio. Esto es, tenemos la posibilidad de entender de qué forma están nuestras articulaciones sin la necesidad de mirarlas. Tenemos la posibilidad de distinguir tres sistemas sensoriales propioceptivos: el propioceptivo, el vestibular y el táctil.
Nocicepción
La nocicepción nos deja sentir el mal fisiológico. Hay tres géneros de receptores del mal: en la piel, en las articulaciones y los huesos, y en los órganos del cuerpo. Si bien antes el mal se consideraba una experiencia subjetiva, en este momento se conoce que es un fenómeno que implica todos y cada uno de los sentidos simultáneamente y que se registra en la corteza cingulada previo del cerebro. El mal tiene una función muy, muy clara: hacernos prestar atención al riesgo y evitarlo.
Aparte de estos 4 sentidos auxiliares, los científicos estudiaron lo que más adelante podría nombrarse el «sentido de alarma», ubicado en la corteza cingulada previo del cerebro, y que sería otra forma de defendernos de riesgos potenciales. Por último, en lo que se considera otra manifestación del sentido del tacto (aparte de la termocepción, la nocicepción, la propiocepción y la percepción del movimiento) contamos lo que llamamos la “función interoceptiva”, que nos deja sentir lo que pasa en nuestro cuerpo. Cada órgano tiene la aptitud de sentirse a sí mismo, y este es el origen de una sucesión de experiencias que nos son muy familiares, como la sed, el apetito, la taquicardia, la hinchazón y el ardor de estómago.
SISTEMA TÁCTIL
Da información sobre lo que se toca por medio de los receptores cutáneos. Se puede distinguir textura, forma, tamaño o peso. Asimismo da información relacionada con el mal y la temperatura (Distritos, 2015).
Radica en el sistema asegurador que responde a los estímulos con movimiento o alarma para protegerse. Y por el sistema discriminativo que traduce las especificaciones exclusivas y temporales de los estímulos recibidos (Beaudry, 2011).