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Por qué los gatos no obedecen

Los gatos son animales territoriales y también independientes y no están listos para obedecer órdenes: ni su naturaleza ni sus genes están programados para esto.

Existen muchos estudios científicos, para prácticamente todo. Y ciertos son bastante espectaculares, enserio. No somos científicos para valorar el encontronazo de todos en este sentido, pero lo hacemos para hacernos eco de quienes abordan temas curiosos relacionados con el planeta animal. Este es la situacion anunciado tiempo atrás en la gaceta científica Behavioral Processes sobre la conexión entre gatos y mujeres. En su instante pasó inadvertido, pero lo recobramos para procurar conocer por qué razón los gatos les son mucho más obedientes.

En el presente artículo, que es la fuente mucho más seria y confiable que se puede conseguir sobre esto, se examinó y registró el accionar de los gatos con sus dueños, con muestras de los dos sexos. La conclusión mucho más elocuente de esta investigación fue que los gatos desarrollaron una relación considerablemente más próxima y afable con las mujeres, si bien asimismo dejó claro que estos animales no son tan fríos como afirma la imagen general que contamos de ellos.

¿Por qué razón los gatos no obedecen? En el vídeo

Resumiendo, la naturaleza de los perros y los gatos es totalmente diferente. Del perro puedes aguardar la energía para desplazar la cola toda vez que llega a casa, jugar con pelotas y entretenidos paseos. Vas a tener una compañía considerablemente más sosiega de los gatos, un animal introspectivo, enigmático, que se desplaza a su ritmo, acatando su espacio. ¿Y tú crees? ¿Te agradan mucho más los gatos o los perros? Cuéntanos tu experiencia en un comentario. Hasta entonces, te dejamos con las mejores oraciones sobre gatos.

EL GATO, UN ANIMAL INDEPENDIENTE POR NATURALEZA FELINA

Por otra parte, contamos los gatos salvajes que, de la misma otros felinos, son animales solitarios que no precisan de otros para apresar o vivir.

Cuidan en todo momento, a fin de que en el momento en que coman a sus presas no haya ningún otro animal mirándolos y gocen solos de su botín; pues no les agrada comunicar.

Paciencia y refuerzo positivo

Ahora entendemos que los castigos no marchan, pero ¿de qué forma le enseño reglas a mi gato? Por servirnos de un ejemplo, ¿de qué manera le enseño que no deseo que arañe el sofá? La primera cosa que hay que tener en consideración es que, como en prácticamente todo, se necesita paciencia.

Los gatos no tienen idea ni comprenden por qué razón no tienen la posibilidad de llevar a cabo lo que desean en el momento en que desean, ni quién eres jerárquicamente, ni por qué razón deben escucharte, razonar o proseguir reglas. Según etólogos y expertos, los más destacados socios para educar a tu gato son los refuerzos positivos: dulces, caricias o juguetes. Es un término psicológico que traducido a acciones funcionaría de la próxima forma: en el momento en que nuestro gato hace algo que nos semeja bien, lo premiamos. Partiendo del ejemplo previo: en el momento en que nuestro gato utilice el rascador para afilarse las uñas en vez del sofá, le vamos a dar una gominola, haciendo más fuerte este accionar. Ocasionalmente, va a aprender que rascar el rascador conseguirá una recompensa y rascar el sofá no. Entonces el accionar que deseamos es reforzado.

Accionar natural y accionar familiar

Para comprender esto, debemos tener en consideración que el hábitat natural de perros y gatos no es nuestro hogar. Antes de ser amaestrados, habitaban entornos salvajes en los que las condiciones eran muy diferentes, y por consiguiente su accionar asimismo lo era.

Y aquí es donde comienza la una gran diferencia entre perros y gatos… Y sucede que varios de los hábitos comprados en ese medio salvaje del que proceden están presentes, unas ocasiones en mayor medida y otras en mayor medida. en menor nivel, pero están ahí.

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