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Qué consecuencias trae la murmuración

El chisme acostumbra tener un tono negativo. Además de esto, la persona no está presente; quiere decir que no puede testificar sobre la falsedad o la realidad de lo que dicen. En el momento en que las historias se pasan de boca en boca a lo largo de toda la vida (consciente o inconscientemente) hay una inclinación a cambiar las cosas.

Chismear es charlar innecesariamente de los defectos y debilidades del resto, e inclusive inventarlos en el momento en que no hay. Significa ver pausadamente el accionar del resto y formar parte en críticas infundadas de sus fundamentos y juicios veloces sobre la naturaleza de sus defectos. Se encuentra dentro de las adicciones al lenguaje más habituales. De forma frecuente se detalla como inofensivo, lo que raras veces es verdad, en tanto que su propósito tiende a ser la manera de ser de alguien; tu personaje. El carácter es lo que somos. La reputación es lo que la multitud afirma que somos, y la multitud afirma lo que piensa. Tu contestación a eso que piensas de un individuo es la reputación que le das, o sea, la imagen de su carácter. Descubrir la manera íntima de ser de alguien equivale a alzar un velo y enseñar lo que hay detrás. Chismear significa dibujar una imagen falsa o una imagen que uno no está en su derecho a dibujar. El chisme es imposible orear a la rápida. El orden divino es este: «No vas a dar falso testimonio»; y dibujar una imagen falsa de otro es falso testimonio. La herida infligida al carácter de uno, si no en todos los casos mortal, es siempre y en todo momento una herida. Las lesiones sangran, y si bien cicatricen, dejan cicatriz. El chisme asimismo puede trasmitir una imagen justa, pero no ya no es chisme, por el hecho de que está expuesto a quienes no están en su derecho a llevarlo a cabo. Está mal decir cualquier cosa que dañe la reputación del resto, aun si lo que dicen es verdad, pues todos están en su derecho a llevarlo a cabo. Musitar tiene secuelas deplorables para la amistad y la alegría familiar. Las Escrituras nos comentan que «la boca rápida prepara vuestra ruina». La calumnia, el arma del cobarde, tiende a ser una ruindad nacida del odio o de los celos. El chisme siempre y en todo momento está ocupado. Su corazón de piedra y su lengua salvaje desconocen la piedad, ni les importan las secuelas. Hay bastante gente con una curiosidad desmandada y un deseo descontrolado de ofrecer consejos en el momento en que no se los solicitan. Un chismoso recopila cualquier misterio que permanezca en el vecindario y lo emplea como comburente para el chisme, que se extiende de frontera en frontera, en ocasiones bajo la hipócrita explicación de la caridad o la preocupación por el confort de la red social. Así, la reputación de varios fue destruida y se realizó bastante daño. Entre los peores ejemplos es el que mete las narices en una familia para mencionarle al matrimonio de qué manera «no tener varios hijos», o el que divide a los amigos con revelaciones maliciosas, chimentos y hasta calumnias, culpándose de esta forma de la hostilidad y las discusiones. entre amigos y integrantes de la familia. Es asombroso ver como bastante gente que se piensan buenas charlan mal de las faltas del resto. Son muy considerados con los sentimientos del resto en el momento en que están presentes, pero de forma frecuente charlan mal de ellos a sus espaldas. Estas personas no son malas por naturaleza: su maldad procede solo del impulso de charlar. La mayor parte de la gente a las que se les pregunta si en algún momento dieron falso testimonio lo negarán con indignación. No obstante, da falso testimonio toda vez que el tema de su charla en un café, una llamada telefónica o una visita da un giro cerca de chimentos sin fundamento. No hay prácticamente nada que contribuya tanto a la infelicidad y el enfrentamiento en un vecindario como los chimentos irreflexivos. Varios de los peores errores del chisme se cometen en nuestro hogar. Los pequeños escuchan a sus progenitores insultar y condenar a el resto de mil formas diferentes, denigrando su forma de ser, comentando de sus extrañezas y encomiando sus defectos, restricciones y defectos. No es bueno instruir a los pequeños a ser chismosos y entrometidos. Dar a conocer, por poner un ejemplo, la novedad de que un vecino le fue infiel a su mujer piensa dañar dificultosamente su reputación. Si la historia es falsa, y asimismo si es alguna, padecerá un daño grave, peor que hurtarle una enorme suma de dinero. Incurre en infracción grave quien ayuda de instrumento para la difusión de novedades falsas. El chisme en ocasiones puede ser objeto de broma, algo que se regresa peligrosísimo en el momento en que ofende los intereses de otra persona o perjudica su honor. La debilidad mucho más inofensiva puede transformarse en delito en dependencia de sus secuelas. El mero chisme, en el momento en que muestra a otro a la vergüenza, no es fundamento de risa, sino más bien de indignación. Lo que llamamos «chimentos sin relevancia» puede traducirse en chimentos. Tienes la obligación de asistir a todas la gente que te escucharon para corregir sus estos.

¿Qué llevar a cabo con el chisme?:

Recuerdo una oración que me enseñaron en mis primeros años como católico: «no seas el basurero de absolutamente nadie», pienso que era una gráfica aplicacion para en el momento en que alguien me trae algun chisme sobre alguien.

La orden bíblica para en el momento en que desean charlar mal de un hermano: dile que vas a llamar a esa persona para encararlo y tú vas a ser el testigo; Vas a encontrar que el chismoso se disculpará, por el hecho de que el chismoso desea mantenerse en el anonimato, en tanto que semeja ser piadoso.

“EL PECADO DE LA MURMURACIÓN” (NÚMEROS 12:1-

“Haced todo sin murmuraciones ni batallas” (Filipenses 2:14)

Propósito : Educar a la iglesia sobre el riesgo del chisme, teniendo en cuenta múltiples ejemplos en la Biblia y en especial el chisme de Miriam y su hermano Araón

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6 comentarios en «Qué consecuencias trae la murmuración»

    1. Qué superficialidad la tuya. Los chismes solo demuestran falta de respeto y falta de empatía hacia los demás. No es excusa reírse a costa de la humillación de otros. Necesitamos más comprensión y solidaridad, no más memes vacíos.

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