23 Yo sé, oh Jehová, que el hombre no es dueño de su sendero, ni es el hombre que anda el que dirige sus pasos.
¿Qué debe ver un árbol de Navidad con un profeta llamado a proclamar la palabra de Dios a los rebeldes de Judá en los días anteriores al cautiverio babilónico? Ciertos afirmarían, bastante; alguien como yo afirmaría, no tanto. El interrogante es si los primeros versículos de Jeremías diez condenan la utilización de árboles de Navidad. En este momento, si bien no me halles cantando, «Oh árbol de Navidad, oh árbol de Navidad, qué bellas son tus ramas» a lo largo de la temporada navideña, no puedo mencionar que una interpretación y app precisa del artículo que contamos frente nosotros es: jamás coloques arriba de un árbol de Navidad. Así sea que alguien se ponga uno o no, es dependiente de ellos. Pienso que el tema caería bastante antes que eso en los temas que son discutidos para los cristianos en concepto de su conciencia (ver Romanos 14:1-22, 1 Corintios diez:23-25) versus las cosas prohibidas por las Escrituras. El inconveniente en Jeremías diez no es, como ciertos han sugerido, la decoración de los árboles; el inconveniente es la idolatría y su disparidad (Jeremías diez:8). Saltemos al artículo y observemos de qué forma se lleva a cabo el pasaje a fin de que tengamos la posibilidad oír lo que el artículo debe decir en comparación con la charla fuera de rincón que lo circunda.
Como nos encontramos familiarizados a conocer, el verso inicial de nuestro artículo está relacionado al verso final del capítulo previo. Habiendo reconocido proféticamente a toda la vivienda de Israel como incircuncisos de corazón (Jeremías 9:26), Jeremías llamó a esa casa a una atención renovada: “Escuchad la palabra que les charla el SEÑOR, oh casa de Israel. De esta forma afirma el SEÑOR: “(vs.1-2a). Si la vivienda escuchase lo que Jeremías terminaba de decir, que Dios castigaría a los circuncisos con los incircuncisos (Jeremías 9:25), harían bien en prestar atención a su observación de dejar las supercherías idólatras de las naciones paganas. El Señor empezó diciendo:
Oración de apertura
“Padre Celestial, guíame a toda la realidad, haz tu intención en mí y no me dejes caminar por los caminos de la patraña y de la desaparición. A la sombra de tus alas deseo estar siempre y en todo momento. Um homem.»
Les humanos trocam regularmente a verdade do criador y también Deus todo-poderoso pelas patrañas ilusórias do sistema de valores de este planeta. Facilmente nos deixamos izar pelas emoções deixando que elas controlem nossas decisões, desprezamos deliberadamente as enormes y también incomparáveis promessas que Deus nos deu y también proseguimos nosso próprio caminho seguindo uma ilusão de que hoje pode ser y también parecer maravilhoso, mas solamente como um miragem do deserto, amanhã va a desaparecer pues jamás foi verdade. A palavra é clara y también nos adverte: “ Pues les meus pensamentos não são les vossos pensamentos, nem les vossos caminhos les meus caminhos, diz o Senhor. Assim como les céus são mais altos do que a terra, também les meus caminhos são mais altos do que les vossos caminhos, y también les meus pensamentos do que les vossos pensamentos” Isaías 55: 8-9.
I. O HOMEM SEMPRE QUER SER SENHOR DO SEU CAMINHO.
Exemplos:
Provérbios 28:26 – Qué confiar en tu corazón es una tontería; Pero el que anda en sabiduría se salvará.