16 Fueron halladas tus expresiones, y yo las comí; y tu palabra fue para mí el gozo y el regocijo de mi corazón, pues tu nombre me resulta invocado, oh Señor Dios de los ejércitos.
¿Por qué razón mi herida se volvió crónica? Si retornas, vas a estar a mi servicio
¡Uy de mí, mi madre, me engendraste para debatir y demandar en todo el país! Ni me prestó ni me fue prestado, al revés, todos me maldicen. Si hallaba tus expresiones, las devoraba: tus expresiones me alegraron, fueron el gozo de mi corazón, y tu nombre fue invocado sobre mí, Señor Dios de los ejércitos. No me juntaba con gente amiga de la celebración y la diversión; me obligaste a vivir en soledad, pues me llenaste de tu furia. ¿Por qué razón mi herida se volvió crónica, mi herida enconada y también insanable? Te has transformado para mí en un arroyo engañoso de aguas movedizas. Entonces el Señor respondió: “Si vuelves, te voy a dejar regresar, y vas a estar a mi servicio; si apartas la escoria del metal, charlaré por tu boca. Volverán a ti, pero tú no volverás a ellos. Te voy a hacer un muro de bronce inexpugnable enfrente del pueblo: pelearán contra ti, pero no van a poder, pues contigo estoy para librarte y salvarte ─oráculo del Señor─. Te libraré a través de los impíos, te libraré de las garras de los violentos”. V/. «Palabra de Dios». R/. «Te alabamos Señor».
Conclusión:
La palabra es la espada con la que el fiel riña peleas, no es un arma física, sino más bien espiritual, y solo continuarán esos que procuran su presencia todos y cada uno de los días.
Dios ansía restaurarte, transforma tu corazón, quita lo hermoso y desecha lo vil, y Dios asegura que siempre y en todo momento vas a estar enfrente de Él, y vas a ser como Su boca, y vas a ser ser un muro fortificado que absolutamente nadie logre vencer.
Ser educados por la Palabra
Como cristianos, nuestra fe no se apoya en nuestra imaginación o nuestros conceptos, sino más bien en la Palabra de Dios. En consecuencia, es de máxima importancia que sepamos lo que nos comunica la Palabra de Dios. Al leer la Biblia de manera regular, ocasionalmente leeremos la Biblia completa y conseguiremos una entendimiento básica de Dios y las cosas de Dios. Este conocimiento básico es como estudiar el alfabeto. Si no aprendemos las letras del alfabeto, nos va a ser irrealizable leer o redactar. Antes que tengamos la posibilidad comprender el libro mucho más fácil o redactar una letra, debemos estudiar el alfabeto.
Saber los hechos contados en la Biblia es como comprender nuestro alfabeto espiritual. Familiarizarse con las expresiones, hechos, historias y expresiones de la Biblia forma en nosotros los bloques de construcción que el Señor puede emplear para exhibirnos mucho más de la realidad en Su Palabra. Esto nos asiste a conocerlo mucho más intensamente y le deja hablarnos poco a poco más en su Palabra.
¿CÓMO PODEMOS TENER ESTA ALEGRÍA?
(1) Poseerlo. Si este gozo profundo y persistente es el de Cristo, solo tenemos la posibilidad de poseerlo al poseerlo a Él. En Hechos 8:8 leemos que «hubo enorme gozo en aquella localidad». ¿Por qué razón? El versículo 5 nos comunica. Y el versículo 35 asimismo. Para tener Su gozo debemos poseerlo a Él: ver Juan 17:13.
(2) Leyendo tu Palabra. En el momento en que leemos la Biblia y admitimos la realidad, sentimos un enorme gozo: ver 1 Juan 1:4. O sea como tener un “corazón candente” como producto de estar con Él y escucharlo: ver Lucas 24:32.