Jn 8,34: «Jesús les respondió: De determinado, de determinado les digo que todo el que hace pecado es ciervo del pecado».
Atentamente, amado oyente. Es un gozo para mí, David Logacho, proporcionarles la bienvenida al estudio bíblico de el día de hoy. Nos encontramos aprendiendo el evangelio según Juan. Esta vez consideraremos la diferencia entre la independencia espiritual y la esclavitud espiritual.
Si tiene una Biblia a mano, ábrala en Juan 8:31-47. En el fondo, mientras que los líderes de Israel cuestionaban fuertemente al Señor Jesús, varios creían en él. Es a estas personas, fieles, a quienes el Señor Jesús dirige las expresiones de Juan 8:31-33. La Biblia afirma: Entonces Jesús ha dicho a los judíos que habían creído en él: Si permanecéis en mi palabra, vais a ser realmente mis acólitos; Jn 8:32 y conoceréis la realidad, y la realidad les va a hacer libres. Opinar en el Señor Jesús es el paso inicial de una exclusiva vida llena de nuevos retos jamás antes expertos. Uno de estos retos es exactamente ser acólito del Señor Jesús. Un acólito es aquel que está aprendiendo para ser como su profesor. La intención de Dios es que todos y cada uno de los que suponemos en su Hijo, el Señor Jesús, seamos acólitos del Señor Jesús, esto es, que aprendamos a vivir como vivió el Señor Jesús. Para ello es requisito mantenerse en la palabra del Señor Jesús. ¿Qué es lo que significa? Bueno, sencillamente debemos entender lo que afirma el Señor Jesús y obedecer lo que afirma el Señor Jesús. En la medida en que cumplamos esto, vamos a ser realmente acólitos del Señor Jesús. El Señor Jesús asegura a sus acólitos que van a conocer la realidad y la realidad los va a hacer libres. O sea atrayente. Antes de opinar en el Señor Jesús todos éramos esclavos, pero suponiendo en el Señor Jesús, que actúa en mantenerse en su palabra, siendo sus acólitos, vamos a conocer la realidad y esta verdad nos va a hacer libres. En el momento en que se charla de esclavos, debemos comprenderlo en un sentido espiritual. Antes de recibir a Cristo como Salvador, todos éramos esclavos del pecado. Nacemos pecadores y habitamos pecado. En el momento en que los líderes de Israel oyeron al Señor Jesús decir que los que se queden en su palabra realmente van a ser sus acólitos y van a conocer la realidad, y esta verdad los va a hacer libres, se ofendieron bastante, pues no comprendían lo que el Señor Jesús intentó comunicar en el momento en que charló de independencia. Creyeron que hablaba de independencia política. Mira de qué manera respondieron. Está en Juan 8:33. La Biblia afirma: Le afirmaron: Somos del estirpe de Abraham, (D) y jamás fuimos esclavos de absolutamente nadie. De qué manera dicen: ¿Vas a ser libre? Por ser del estirpe o descendencia de Abraham, los judíos consideraban que jamás habían sido esclavos de absolutamente nadie. De ahí que le hicieron el interrogante al Señor Jesús: ¿De qué manera puedes decir: Vas a ser libre? Aun en esto los judíos estaban equivocados, por el hecho de que eran esclavos tanto política como espiritualmente. A lo largo de la temporada de los jueces, fueron esclavos de múltiples reyes. Después, ámbas tribus del norte fueron esclavizadas por el imperio asirio. Entonces, ámbas tribus del sur fueron esclavizadas por los imperios babilónico y medo-persa a lo largo de setenta años. Aun en el instante en que estos judíos afirmaban estas cosas, eran esclavos del Imperio De roma. O sea, políticamente eran esclavos, pero peor aún, estaban bajo una esclavitud peor que todas y cada una de las precedentes. esclavitud espiritual. Eran esclavos del pecado. Note lo que el Señor Jesús les ha dicho en Juan 8:34-36. Jesús les respondió: De determinado, de determinado les digo, que todo el que hace pecado es ciervo del pecado. Juan 8:35 Y el ciervo no se queda en la vivienda para toda la vida; el hijo continúa para toda la vida. Jn 8:36 Por consiguiente, si el Hijo les libertare, vais a ser realmente libres. El Señor Jesús no hablaba de esclavitud política, sino más bien de esclavitud espiritual. De ahí que les dije: De determinado, de determinado les digo, que todo el que que hace pecado, ciervo es del pecado. Los judíos tenían un amo horrible llamado pecado, y por consiguiente todo cuanto hacían era pecado. O sea horrible por el hecho de que el ciervo no se queda en el hogar para toda la vida, pero el hijo se queda en el hogar para toda la vida. De ahí que los judíos precisan que alguien los libere. El único que podría librarlos es el Señor Jesús. De ahí que les dije: Si el Hijo les libertare, vais a ser realmente libres. Fantástico y amable oyente. Asimismo el día de hoy, millones y millones piensan que son libres de llevar a cabo lo que deseen, pero no se dan cuenta que en el fondo son esclavos del pecado. Para ser libres, precisan desesperadamente recibir al Señor Jesús como Salvador. Si jamás has recibido a Cristo como tu Salvador, eres un ciervo del pecado, un oyente gentil, aun si piensas que eres libre de llevar a cabo cuanto quieras y lo proseguirás siendo hasta el momento en que recibas al Señor Jesús como tu Salvador. Los judíos precisaban pruebas para comprender que de todos modos eran esclavos del pecado, y o sea lo que el Señor Jesús les presentará. Juan 8:37-38 afirma: Sé que sois descendencia de Abraham; pero procuráis matarme, pues mi palabra no posee cabida en nosotros. Jn 8:38 Hablo lo que he visto cerca del Padre; y haces lo que escuchaste cerca de tu padre. Del lado humano, los judíos eran descendientes de Abraham, pero del lado espiritual no eran descendientes de Abraham. La prueba de o sea que intentaban matar al Señor Jesús, por el hecho de que en ellos cabía la palabra con que charlaba el Señor Jesús. Si fuesen descendientes de Abraham en el lado espiritual, no harían esto. Aquí viene el tema vital. El Señor Jesús charló lo que había visto de su Padre celestial, al tiempo que los judíos hicieron lo que habían oído de su padre. Esto debe existir desarrollado mucha confusión para los judíos. Estaban persuadidos de que su padre era Abraham, pero en este momento están oyendo algo nuevo del Señor Jesús. De ahí que le afirmaron al Señor Jesús lo que hace aparición en la sección primera de Juan 8:39. La Biblia afirma: Respondieron y le afirmaron: Nuestro padre es Abraham. La contestación del Señor Jesús exhibe que no era tal como pensaban los judíos. Juan 8:39 en su segunda parte, hasta la sección primera del versículo 41 afirma: Jesús les ha dicho: Si fueseis hijos de Abraham, las proyectos de Abraham haríais. Juan 8:40 Mas en este momento procuráis matarme a mí, hombre que les he dicho la realidad que oí de Dios; Abraham no logró eso. Jn 8:41 Nosotros hacéis las proyectos de tu padre. Las acciones de los judíos al intentar matar al Señor Jesús, quien ha dicho la realidad, quien la había oído del Padre celestial, fue prueba de que estos judíos no eran hijos de Abraham en un sentido espiritual. Los pequeños imitan a sus progenitores. Abraham no haría eso. Por consiguiente, estos judíos no estaban imitando al Padre celestial. En consecuencia, estos judíos estaban imitando a otro padre, diferente a Abraham. ¿Quién sería ese padre? Los judíos razonan y argumentan al Señor Jesús que contamos en la segunda una parte de Juan 8:41. La Biblia afirma: Entonces le afirmaron: Nosotros no nacimos de fornicación; Disponemos un padre, que es Dios. Incidentalmente ofendiendo al Señor Jesús, al meditar que nació del pecado de fornicación de su madre María, los judíos aducen que su padre es solo Dios. Observemos de qué forma respondió el Señor Jesús. Juan 8:42-47 afirma, Jesús les ha dicho: Si tu padre fuera Dios, me amaríais; por el hecho de que dejé a Dios y vine; por el hecho de que yo no salí de mí, sino él me envió. Jn 8:43 ¿Por qué razón no comprendéis mi lengua? Por el hecho de que no puedes oír mi palabra. Jn 8:44 Nosotros sois de tu padre el demonio, y deseáis realizar los deseos de tu padre. Fue homicida desde el comienzo y no continuó en la realidad, por el hecho de que no hay verdad en él. En el momento en que charla patraña, charla de sí; por el hecho de que es mentiroso y padre de patraña. Jn 8:45 Y en lo que se refiere a mí, pues digo la realidad, no me creéis. Jn 8:46 ¿Quién de nosotros me persuade de pecado? Bueno, si digo la realidad, ¿por qué razón no me crees? Jn 8:47 El que es de Dios, las expresiones de Dios oye; por consiguiente, no las oís, por el hecho de que no sois de Dios. Si Dios fuera el padre de esos judíos, lo probarían amando al Hijo de Dios, el Señor Jesús, por el hecho de que fue enviado por Dios. No vino por su cuenta. Esto era algo que, por su incredulidad, los judíos se negaban a comprender. No escucharon las expresiones del Señor Jesús. De ahí que, el padre de estos judíos no fue Dios, sino más bien el demonio. De ahí que imitaron al demonio. El demonio es asesino desde el comienzo y del mismo modo estos judíos deseaban matar al Señor Jesús. El demonio no se quedó en la realidad. No hay verdad en ello. Lo único que sabe realizar es engañar, y de ahí que es padre de todos y cada uno de los mentirosos, como lo fueron esos judíos. Esto enseña por qué razón no creyeron en el Señor Jesús que les ha dicho la realidad. Los que somos de Dios, oímos las expresiones de Dios. Los que no son de Dios no oyen las expresiones de Dios. Ese era el inconveniente con estos judíos. Eran esclavos del pecado y también hijos del demonio, en el sentido de que imitan todo cuanto hace el demonio. ¿Y usted amable oyente? Si aún no has recibido a Cristo como Salvador, no eres hijo de Dios y en consecuencia ya conoces de quién eres hijo. No prosiga en estas condiciones. Recibe el día de hoy al Señor Jesús como tu Salvador y vas a tener el derecho o el poder de ser hecho hijo de Dios según Juan 1:12.