22 Un corazón alegre es buena medicina, pero un espíritu triste seca los huesos.
Es un hecho incuestionable que el estado del corazón establece el aspecto del rostro. De esta forma, y según el proverbio de el día de hoy, un corazón feliz es una increíble medicina que no necesita receta médica y no genera resultados consecutivos. Los especialistas en la materia determinan una clara relación entre la alegría sensible y la buena salud física. Se calcula que un individuo que diviértete con un óptimo humor y tiene una visión feliz de la vida tiene menos posibilidades de padecer los llamados estados psicosomáticos. Hay personas que hicieron ocultar la sonrisa de su rostro, poniendo en su sitio la preocupación, el cansancio y el mal humor. Para bastantes, una mañana brillante, llena del canto alegre de los pájaros y la bella presencia de las flores, es exactamente lo mismo que una mañana gris, lluviosa y fría. Con eso, la risa ha desaparecido pues hay ansiedad en el corazón. Pero lo que ciertos no tienen idea es que el mal humor y la preocupación excesiva alteran el sistema inquieto, provocando de esta forma una amalgama de patologías sentimentales, las más frecuentes de estos momentos. Una investigación declara que se precisan 43 músculos para fruncir el ceño, pero solo 15 para sonreír. ¿Va a ser esta la razón por la cual hoy día hay muchos cirujanos plásticos? La lectura completa del proverbio para el día de hoy nos recomienda: “Un corazón alegre es buena medicina; pero el espíritu triste seca los huesos” (Proverbios 17:22)
Las caras tristes y las caras de enfado son pésimos compañeros para enfrentar los retos diarios. Además de esto, la sepa de alegría fortalece la soledad que muchos ahora viven. No es tan satisfactorio vivir con un individuo cuyo semblante expresa pesimismo y en cuyo espíritu hay reflejos de amargura. Hay reacciones involuntarias contra un individuo que sostiene un “ánimo de perro”, como afirma el aforismo criollo. No obstante, un individuo con carácter jovial y ilusionado es como la miel para la abeja, atrae, si bien sea a la distancia. De todo lo mencionado se prosigue que el hombre no fue desarrollado para la tristeza, sino más bien para la alegría. La «imagen y semejanza» de Dios en nosotros declara que es un ser feliz y que disfruta de una eterna sonrisa. Pero vendemos muy mal Su imagen, aun a Sus fieles, en el momento en que negamos a nuestro rostro esa sonrisa que puede desmantelar hasta al hombre mucho más perverso y enojado. Tomarse la vida bastante «seriamente» puede ocasionar un rápido declive de la edad. Alguien charló del beneficio de sonreír diciendo: No cuesta nada, pero rinde considerablemente más. Enriquece bastante a quien la recibe, sin empobrecer a quien la proporciona. Pasa en un abrir y cerrar de ojos y tu recuerdo en ocasiones dura para toda la vida. Ninguno es tan rico que logre prescindir de él, y ninguno tan pobre que no logre lucrarse con sus provecho. Genera felicidad en la vivienda, en la escuela, en la iglesia y en el trabajo, incentiva la buena intención con los clientes del servicio en los negocios y es la contraseña de amigos y hermanos en la fe. ¿Por qué razón no sonreír entonces?
Explicación y comentario sobre Proverbios 17:22
Hay un poder enigmático que tiene el humor sobre la salud física. En el momento en que la cabeza está «aplastada», solo puede dañar el cuerpo. Opuestamente a las herejías platónicas que apartan el cuerpo del alma, el católico es alma y cuerpo desarrollado por Dios. La vida es holística y el cuerpo y el alma están conectados. En verdad, aun en los Nuevos Cielos y la Novedosa Tierra en el final de los tiempos, nuestros cuerpos físicos se van a levantar y se transformarán en un nuevo cuerpo que es espiritual pero asimismo físico.
Conque no te engañes diciendo que el alma es todo bueno y el cuerpo es todo malo. Esto transporta a los cristianos a meditar que van a ser un espíritu bendito y también incorpóreo por toda la eternidad. No está bien. Jesús vino en forma corporal para santificar el reino físico por medio de su historia impecable y el derramamiento físico de su sangre real para el perdón de los errores.