Homónimo: instinto de vida. Según Sigmund Freud, el término de Eros o pulsión de vida incluye tanto la vieja libido como parte de la pulsión de autoconservación. Eros persigue la búsqueda de elementos para conformar entidades poco a poco más enormes, como sucede en la reproducción sexual.
Académico Guillermo Sánchez Medina
En el momento en que hablamos a pulsiones oa su energía, hablamos a cargas eléctricas y partículas subatómicas; Además, hablamos a “estímulos endógenos y exógenos”, “señales”, “excitaciones”, “deseos”, “pretensiones”, “dolencias y conmuevas”, “transmisiones y también impulsos”, que vienen de “instintos”. Entendemos desde la visión del psicoanálisis de Freud (en su obra Metapsicología de 1915), de qué forma el instinto es un término límite entre lo mental y lo somático, siendo la representación psíquica del estímulo, originario del organismo que la cabeza escoge.
La pulsión de muerte, ¿efectiva o negativa?
Para Freud no existía un aspecto negativo o positivo relacionado a las pulsiones de vida y muerte, sino eran 2 opuestos, el yin y el yang. Y como tal, los dos son complementarios y precisos para la supervivencia humana. En la situacion de la pulsión de muerte, esta puede favorecer al sujeto exactamente en la consagración de la individualidad humana en las situaciones en que esta es atacada por el enfrentamiento con el superyó (reglas sociales).
Diríase que la culpa es el resultado de esta pelea entre lo de afuera y lo de adentro y que si bien el enfrentamiento indudablemente no se resuelva (reglas sociales que se oponen a la individualidad), el sujeto se opondrá a la situación y acabará en la no resolución del enfrentamiento. Según esto, la culpa es lo que quedaría tras este enfrentamiento no resuelto. Al fin y al cabo, la herramienta de la pulsión de muerte, según Freud, sería un factor importante en la personalidad individual.
El instinto de Maslow
Maslow creía que todo humano tiene pretensiones fundamentalmente vitales para sostener la salud, entre ellas el cariño o la cree. Comenzó a popularizar términos como deseo o motivación para simbolizar esta clase de instinto o necesidad interior en todos nosotros, aseverando que estas pretensiones eran una suerte de instinto construido genéticamente en todos nosotros.
Según Weisinger, el accionar humano es mucho más capaz que el de los animales por el hecho de que disponemos mucho más instintos, no del revés. Con ellos ahora tendríamos todo lo preciso para progresar nuestra vida; esto es, estaríamos programados para el éxito.
Instinto humano
En el momento en que se charla de instinto humano, es considerablemente más bien difícil saber qué son y de qué forma marcha el instinto, en tanto que se clasifica al hombre como un animal con pensamiento concebido, que vive en un ámbito y cultura especial.
Se estima que hay unos patrones fijos de accionar (por servirnos de un ejemplo, el instinto de amamantar al bebé o el instinto de supervivencia o inclinación natural). Pero la verdad del humano es tan dificultosa que no en todos los casos es simple saber si un patrón de accionar es verdaderamente instintivo.