En la civilización habitual, el sexto sentido está asociado con la percepción extrasensorial, la clarividencia, la premonición, la intuición, la aptitud de estar comunicado con un planeta habitado por ángeles y espectros.
A la lista que todos aprendemos sobre los cinco sentidos, hay que añadir un sexto. A la serie formada por el gusto, el tacto, el olfato, el oído y la visión, hay que incorporarle la estabilidad.
Hay que decir que tiene alguna lógica el no estar en la lista de los sentidos, en tanto que en la estabilidad intervienen varios de los sentidos básicos, los que están en la lista de cinco: la visión, el oído y el tacto son elementos que intervienen en la estabilidad.equilibrio. En verdad, hablamos del sistema vestibular, esto es, todos y cada uno de los elementos que dejan que nuestro cuerpo se sostenga de manera equilibrada. El sistema vestibular deja la aptitud de desplazarse en el espacio en congruencia con el ambiente. Basado en la información que nos llega por medio de nuestros sentidos (en especial la visión, el oído y el tacto), nuestro entendimiento trabaja para interpretarla y accionar consecuentemente. La estabilidad y el movimiento están relacionados con el tono muscular, la percepción visual y espacial y el lenguaje auditivo.
Lo que te afirma el sexto sentido a lo largo de la crianza
El sexto sentido a lo largo de la crianza tiene bastante que ver con nuestro instinto natural. Más allá de que es verdad que hay quienes son muy críticos con este aspecto, no debemos rechazarlo, ni descartarlo de forma secundaria.
- El instinto maternal, como nuestro sexto sentido, están en nuestro entendimiento por una razón: invitarnos a una primera reflexión, una primera evaluación que aparece de forma directa de nuestro ser. Si deseamos, no cuesta nada pasar después esta corazonada por un filtro mucho más propósito, pero debemos percibir esa sabia voz.
Cinco mucho más uno
A lo largo de años aprendido que el hombre tiene cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. No obstante, existe otro, relacionado con el sentido del cuerpo, que los neurólogos llaman propiocepción -el sexto sentido, el sentido misterio- descubierto en la década de 1890 por el neurobiólogo S. Sherrington.
Merced a la propiocepción, que trabaja adjuntado con la visión y los órganos del equilibrio —el sistema vestibular—, puedes tener una noción completa de tu cuerpo y sus movimientos, y efectuar ocupaciones básicas como coger un tenedor con el la presión precisa, subirse a un autobús sin chocar con los usuarios, o agarrar una botella de agua con la mano, golpeándola a la primera.