El yo se transforma en el sentido corporal-sensible del yo, que se experimenta instante a instante. Corresponde al conocimiento implícito de uno mismo y de la verdad. Es un nivel principalmente inconsciente, que organiza intuiciones sentimentales y perceptivas espacio-temporales.
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Para Freud, la personalidad humana aparece de un enfrentamiento entre los impulsos biológicos beligerantes que tienden al exitación y los límites sociales que la persona tiene interiorizados. Creyó que el resultado de los sacrificios para solucionar este enfrentamiento básico resultó en la personalidad.
La etapa del espéculo como moldeador del yo
Un instante fundamental en el nacimiento de nuestro yo se da entre los seis y los dieciocho meses de vida. En esta etapa, el niño procura reconocerse en el espéculo, se atrae por esa imagen y le da cierto exitación jugar con esa sensación.
El espéculo es una metáfora que se refiere al humano que nos circunda. Ser con la capacidad de admitir el cuerpo real y el espacio imaginario es señal de un óptimo avance humano, sin fragmentación del yo. Un padre o una madre que no protege a su bebé o que le hace daño, sostiene su imagen, pero al tiempo puede estar generando una fragmentación, que puede desembocar en procesos psicóticos.
Según el campo de estudio
En el campo de la psicología, el primer estudio sistemático de la autoconciencia está en Principios de psicología (1890) de William James, quien se dividió en tres partes constituyentes: 1. El material mismo (conciencia de su cuerpo, su ambiente y sus pertenencias materiales); 2. El yo popular (lo que cada uno de ellos piensa que el resto opínan de él y, por otra parte, los valores y reglas que comparte con la sociedad donde vive); y 3. El yo espiritual (la autoconciencia de un individuo de su vida).
En Psicología Popular, el yo es una construcción que efectúa un individuo desde su relación con el resto y de las respuestas que recibe de la sociedad, construyendo más tarde una autorreflexión que le deja considerarse como objeto de su entendimientos propios. Aquí el yo es el reflejo de la cuenta y actitud que el resto nos emiten, siendo la sociedad el espéculo en el que se refleja el término que la persona tiene de sí.
El enfrentamiento: el Ego, el Id y el Superego
Para el científico Sigmund Freud, la personalidad humana es el resultado de un enfrentamiento entre:
- impulsos o impulsos biológicos que dan exitación (el bebé llora en el momento en que tiene apetito movido por ello)
- límites sociales que la persona interioriza (son ordenes inconscientes impuestos por el Superyó)
- la parte consciente (el Yo) es un intermediario entre los impulsos, los límites y la verdad.