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Qué es lo bueno de tener novia

Pareja feliz, corazón feliz El cariño incrementa los escenarios de dopamina, oxitocina y norepirefrina, hormonas similares con la sensación de felicidad y confort. Además de esto, disminuye los escenarios de cortisol, lo que contribuye a regular la presión arterial y contribuye a tener una mejor salud cardiovascular, previniendo accidentes cerebrovasculares, infartos…

Bastante gente experimentan enormes adversidades para conseguir pareja. El hombre es un animal popular por naturaleza, contamos una necesidad innata de estar con otra gente y de entablar vínculos sociales y cariñosos. Esto asimismo se aplica a la esfera sensible, que nos hace requerir querer y ser amados. De esta manera, si bien no todas y cada una la gente contamos exactamente las mismas pretensiones de aprecio, normalmente tendemos a buscar el aprecio.

Tener pareja asimismo es una alternativa que va alén de las pretensiones puramente cariñosas. Es en determinada medida una convención popular y, en ocasiones, aun una solución instrumental; En este sentido, no son extrañas las parejas formadas por pura conveniencia, haya o no amor entre ellos. De manera frecuente, estas relaciones se fundamentan en el temor a la soledad, la conveniencia financiera o cualquier otra razón.

No es buena edad para tener novio

Lo cierto es que no hay una edad correcta para tener novio, pero si la hubiese, no sería menor de 17 años . Además de esto, centrarse en una relación no le dejará pensar completamente sobre lo que desea ahora por el hecho de que, le agrade o no, involucramos sentimientos en la toma de resoluciones.

De forma frecuente conectamos con personas que, lejos de sentirse gratificados por estar con ellos, tienen la oportunidad de llenarnos de amargura y asimismo de insatisfacción. Realmente, la experiencia de querer en una relación es un sendero de maduración recíproca.

Tener una relación sana y madura trae felicidad

Frecuentemente contamos relaciones con personas que, lejos de sentirnos gratificados por estar con ellas, tienen la posibilidad de llenarnos de amargura y también insatisfacción. Verdaderamente, la experiencia de vivir el cariño en una relación es un sendero de maduración recíproca.

En él aprendemos varias cosas sobre nosotros permutando deseos, pasiones y bienestares. Asimismo adversidades, temores y pretensiones que corresponden a nuestra apertura interior a la persona con la que decidimos unirnos afectivamente. En esta relación exponemos los puntos mucho más íntimos que no acostumbramos a sacar a resplandecer.

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