El estudio afirma que es bueno chismear, singularmente si el tema es el mal accionar de un individuo. Los estudiosos han encontrado 2 virtudes básicas en llevar a cabo comentarios en casos como este: asiste para sostener el orden popular y relaja la tensión inquieta o el agobio.
«No me agrada el chisme, pero me divierte» es la oración habitual que utilizamos para justificar que somos chismosos y nos atrae, en el más destacable sentido. Las mujeres son llamadas chismosas, si bien asimismo se conoce que los hombres lo son. La diferencia radica en que ellos no llaman a eso que hacen “chimentos”; Lo llaman redes. El chisme tiene una connotación negativa por el hecho de que de manera frecuente se emplea para herir a la gente. No obstante, a nivel científico comentando, sin chimentos, la sociedad habría desaparecido.
La palabra “chisme” procede del latín schisma, que significa “separación”, pero en inglés viejo, su semejante chisme procede de la palabra godsibb o “dioses hermanos”. En el siglo XVIII significaba «personas vinculadas en Dios» o esos que son nuestros padrinos. La palabra chisme se acuñó para referirse a las diálogos íntimas de la gente con sus amigos y socios mucho más próximos. Esto incluía a hombres que salían a tomar con sus amigos e inclusive mujeres que asistían a otros a lo largo del parto. Interesante verdad? Otro concepto que se le asigna a esta palabra en inglés es «to be friends with».
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El ensayo
Para el ensayo, que tenía como propósito valorar los efectos del chisme sobre las hormonas oxitocina y cortisol (similares con el metabolismo y el incremento de la glucosa en sangre), los estudiosos escogieron a 22 alumnos, que fueron asignó tres diálogos: una con chimentos, una neutra y otra sin chimentos pero sensible.
El resultado fue que en los tres niveles los escenarios de cortisol cayeron, pero en la charla de chimentos los escenarios de oxitocina aumentaron. “Nuestros descubrimientos proponen que la oxitocina puede representar un correlato hormonal potencial del accionar de cotilleo”, enseña el estudio anunciado en el Períodico Oficial de la Sociedad En todo el mundo de Psiconeuroendocrinología (ISPNE).
¿Por qué razón nos resultan de interés las celebridades?
Los humanos nos encontramos programados para estar preocupados por la vida de la gente que son amigos, contrincantes o familiares. Los estudiosos llaman a estas personas «socialmente esenciales». Pero, ¿por qué razón nos preocupamos por personas reconocidas que jamás conocimos?
«Lo que sucede es que nuestros cerebros cavernícolas no están pertrechados para lidiar con esto (la comunicación actualizada). En ese entonces, si sabías bastante sobre alguien, por definición, era socialmente esencial para ti», ha dicho McAndrew. .
Hay chimentos buenos y chimentos pésimos
La ciencia recomienda que nuestros cerebros se impulsan del mismo modo en el momento en que consumimos chimentos de celebridades que con otras ocupaciones agradables y percibir chimentos positivos sobre nosotros es gratificante y nos hace feliz.
Apuntan que hay gran diferencia entre el chisme que es positivo y el chisme que unicamente se hace para eliminar a otra gente, en tal caso no contribuye nada ni a la persona implicada ni a la sociedad en su grupo. .
La buena
A los 5 años ahora somos chismosas experimentadas. Y pese a la mala reputación de los chimentos, solo el 3-4% son maliciosos. E inclusive esta porción puede juntar a la gente. Estudiosos de la Facultad de Texas y la Facultad de Oklahoma se dieron cuenta que si 2 personas distribuyen pensamientos malos sobre una tercera persona, probablemente se sientan mucho más unidos que si los dos se sintiesen bien con esa persona.
Los chimentos asimismo tienen la posibilidad de hacernos mejores personas, cuando menos eso es lo que comunica un equipo de estudiosos holandeses que descubrió que oír chimentos sobre otros hacía que los sujetos de investigación fuesen mucho más reflexivos.