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Qué es lo correcto la Presidente o la Presidenta

Si bien «president» puede emplearse como común en concepto de género («el/la president»), el día de hoy es conveniente emplear el femenino «president», documentado en castellano desde el siglo XV y registrado en el diccionario académico desde 1803.

El sonado hecho en el que Gonzalo de la Carrera rebatirá a la miembro del congreso Claudia Mix por solicitarle que lo llamara presidente se viralizó en las comunidades. Desde ese momento, varios coincidieron con el gerente del Partido Republicano. La lingüista Ana María Díaz Collazos arguye por qué razón el presidente es gramatical y también históricamente preciso.

Ana María Díaz Collazos

«PRESIDENTE» NO TIENE APOYO

De lo que se dijo hay que expresar «presidente», por el hecho de que hablamos de una cuestión de género, relacionada con una función que es ejercida, indiferentemente por hombres o mujeres y se ajusta a las reglas de las expresiones que acaban con la letra “y también”.

Decir “presidenta” por el hecho de que una mujer que ejercita el poder no posee medios de subsistencia. Por sí solo, «la Presidencia de la Nación» se expresa en femenino.

Los mensajes cíclicos

La primera cadena de correos sobre la polémica “presidente-presidenta” me llegó en la época de 2008. Pero no fue la primera novedad que tuve sobre el tema. Las discusiones sobre la certeza del término «presidente» brotaron en múltiples campos con la llegada de Cristina Fernández adelante del Ejecutivo Nacional en el último mes del año de 2007. La noticia de los e-mails fue su virulencia. No respondí ninguna por el hecho de que en exactamente los mismos foros de discusión se discutió la solución correcta con la gramática importante. Solo en encuentros personales he dicho algo sobre esto. Creí que la discusión se encontraba clausurada. No obstante, en el mes de septiembre de 2011, recibí de nuevo un e-mail de una red afín y de nuevo escuché censura de la palabra pecaminosa aquí y allí. La ocasión estuvo lejos de ser accidental.

En 2007, una mujer aceptó la presidencia de la Nación por vez primera en Argentina y, en 2011, investigadores políticos estiman -precisamente cerca de un análisis de ADN- primarias por medio de las que exactamente la misma mujer ocupará exactamente el mismo puesto. En otras expresiones, la oposición a la palabra “presidente” medra toda vez que Cristina Fernández gana o está cerca de ganar las selecciones de presidentes. Eso me resultó sospechoso. La crítica a la palabra semeja ser mucho más política y sexista que gramatical. Semeja que lo que molesta es la procedencia partidaria de la presidenta y su género. La incorrección política de llevar a cabo perceptibles estas ideas halla su columna vertebral en la lingüística.

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