Resumen: Nuestra fe, nuestra humildad y nuestra persistencia tocan el corazón de Dios. Y también. Su llanto persistente, más allá de que otros cristianos no lo apoyan y en cambio lo critican, toca el corazón de Dios.
(ZENIT Novedades / Localidad del Vaticano, 02.01.2022).- A las 17:30 horas de este 2 de febrero, el Papa encabezó la concelebración eucarística con ocasión de la XXVI Día de la Vida Consagrada en la Basílica de San Pedro . Cientos y cientos de religiosos y religiosas ocuparon los sitios designados para esta Eucaristía. Al comienzo de la celebración se bendijeron las velas y se anduvieron en una corta procesión por el estado de salud del Papa. A lo largo de la Santa Misa, el Papa dio la concesión de la “Comunión Eclesiástica” a Su Beatitud Raphaël Bedros XXI Minassian, Patriarca de Cilicia de los Armenios (Iglesia de Rito Oriental en Comunión con Roma), quien escogió un nuevo Patriarca y concelebró la misa ).
TEXTO: SALMO 51: diez
Introducción: En el caminar católico nos enfrentaremos a muchas situaciones que ameritarán nuestra lealtad a Dios, que como resultado va a traer gozo a él. Corazón de Dios. Hay varias cosas que traen alegría al Corazón de Dios, pero hay varias cosas que traen mal al Corazón de Dios. David fue un hombre con arreglo al corazón de Dios, un hombre que logró regocijar el corazón de Dios, pero por otra parte, asimismo fue un hombre que cometió varios fallos. Pero el interrogante de esta noche sería: ¿De qué forma tocar o alegrar el corazón de Dios?
I. PARA TOCAR O ALEGRIA EL CORAZON DE DIOS DEBEMOS SABER QUE COSAS LE DETIENEN, ENTRE ELLAS TENEMOS:
David era solo por sus proyectos.
Y David no fue justificado enfrente de Dios por sus buenas proyectos. En el Salmo 32:1-2, David escribió: «Bienaventurado aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto. Bienaventurado el varón a quien Jehová no imputa iniquidad».
El Apóstol Pablo cita estos versículos en Romanos 4:7-8 en el contexto de argumentar que absolutamente nadie es justificado por Dios por sus buenas proyectos. Mucho más bien, es por la fe en la provisión de Dios. Por consiguiente, estaríamos en el sendero equivocado desde el comienzo si asumiéramos que David, por su intención, poder y esfuerzo, era un hombre con arreglo al corazón de Dios y que Dios lo escogió sobre esa base.