Además de esto, un óptimo usado ha de ser proactivo, dinámico y esforzarse todo el tiempo por lograr sus propósitos. Una aceptable actitud supone otras características, como ser responsable, puntual, atento, positivo, líder y, más que nada, con pasión con lo que haces.
Con buena comunicación
Entender expresarse pertence a las muchas especificaciones que hacen que un óptimo usado sea reconocido. Con un extenso vocabulario, capacidades de escritura, tal como poder de persuasión, puedes ser el candidato idóneo para transformarte en la imagen de la marca.
Charlar dinámicamente es una capacidad que pocos tienen y un talento bien difícil de hallar.
Capacidades de comunicación
La aptitud de trasmitir información de forma rápida y eficaz es primordial para un óptimo trabajador, aparte de ser parte integral del trabajo en grupo. Por otra parte, comprender estar comunicado apropiadamente es la mejor herramienta para eludir malentendidos o enfrentamientos laborales y solucionar los que ya están.
La comunicación oral y redactada, la escucha activa, tal como la aptitud de apreciar y respetar la opinión del resto no tienen que faltar en el grupo de capacidades sociables a controlar. Al fin y al cabo, tener una capacidad de comunicación significa no solo expresar las ideas de forma congruente, sino más bien asimismo entender percibir a el resto y contestar con empatía y efectividad.
Características que debe tener un óptimo trabajador
Estas son las primordiales características que debe tener un óptimo trabajador.
No es suficiente con que un usado sepa dirigir un equipo. Por consiguiente, un óptimo trabajador tiene la aptitud de complementarse, interaccionar y ayudar con el resto.
La relevancia de advertir las características de un individuo trabajadora
Como afirmábamos, a lo largo del desarrollo de reclutamiento y selección va a ser primordial detectar qué aspirantes tienen las características de un individuo trabajadora. ¿La meta? Impide las malas contrataciones –que cuestan hasta el 30% del salario de forma anual de ese usado–. O sea, cerciorarse de que sea conveniente al puesto y a la civilización organizacional, aparte de achicar el peligro del trabajo presencial.
Este último, y solo el año pasado, costó a las compañías españolas hasta 3.300 millones de euros. Además de esto, y según Adecco, este inconveniente perjudica tanto a la eficacia como a las ausencias infundadas.
Proactividad
Todas las compañías precisan personas que se muevan, hagan cosas y acepten peligros. Estos géneros de usados tienen la aptitud de retar al resto del equipo para toda la vida, de manera frecuente aun al propio jefe.
Evidentemente, esta clase de actitud puede conducir al fracaso, pero absolutamente nadie puede denegar que tomar peligros conduce al desarrollo y al surgimiento de novedosas ideas y, consecuentemente, a la creación de nuevos negocios que desarrollan mucho más capital.