La alegría se puede probar en silencio o de manera aparente. Puede pasar de la sonrisa a la risa, aun acompañada de lágrimas. O un individuo puede ser increíblemente feliz y no reírse. Las sonrisas que pertenecen a la expresión facial feliz de manera frecuente suceden en el momento en que un individuo no está feliz.
Frecuentemente es bien difícil entrar a la alegría. Con frecuencia, hay causas capaces, lógicas y contundentes para sostenerse distanciado de este estado tan esperado generalmente. Pero asimismo hay instantes en que sentirse mejor o peor es dependiente de movimientos y acciones muy sencillos. Por poner un ejemplo, el número 13 propuesto por el psiquiatra Christophe André, extraído del libro “Et n’oublie pas d’être heureux.”(“Y recuerda ser feliz”)
Christophe André encomia los resultados positivos de los mantras personales. Esas oraciones o expresiones cortas “que nos susurramos a nosotros y en las que nos anclamos para no estar preocupados ni desesperarnos”. Algo que se reitera a sí mismo en el momento en que está abrumado es: «Haz lo destacado que logres y no olvides ser feliz».
Movimientos que te van a hacer mucho más feliz
Los mantras son expresiones o oraciones cortas que te afirmas a ti ahora las que te anclas para no desesperarte ni inquietarte.
Crea tu mantra, y en el momento en que te sientas abrumado o tu cabeza comience a ofrecer vueltas, recuerda y reitera tu mantra.
Brindarnos como compañeros de idioma
Puedes formar parte en programas de trueque, como los que dan ciertas universidades, que van a mejorar nuestro nivel de idioma y facilitarán que otra gente aprendan el nuestro, permutando experiencia y conocimiento sin valor alguno. ¡Puedes estudiar cosas excelentes!
Asimismo puedes formar parte en la organización de fiestas y acontecimientos públicos. Es una medida mucho más específica, pero no por este motivo menos eficiente: puedes comprometerte con temas que atañen a nuestro ambiente inmediato.