Todo cuanto no hay que llevar a cabo en el momento en que alguien padece de depresión No admitir el padecimiento que padece. No poseas empatía. Reducir la culpa. Es imposible valorar. Nutre tu tristeza. Acepta tus responsabilidades. Solo charla de temas innecesarios. ¿Mas cosas? ?
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Aparte de la «actitud efectiva»
Un fallo recurrente que varios cometen es mencionarle a un individuo que padece de depresión que le pone una «actitud efectiva frente a la vida», que se percata de que lo tiene todo y «no hay por qué razón estar triste» o muchas expresiones que, mucho más que respaldar a un individuo en esta situación, le tienen la posibilidad de ofrecer mucho más cargas y no ser útil en lo más mínimo.
«Es un sentimiento de desánimo que no se calma diciendo ‘ponte en actitud efectiva'», afirma María Alejandra.
¿De qué forma accionar en frente de un familiar con depresión?
Para iniciar, has de saber que no puedes apretar a un individuo con depresión. La intención no es bastante. En la mayor parte de las situaciones, la persona no desea sentirse mal, pero no puede evitarlo.
- Impide las críticas. Para un individuo que sufre este trastorno, es primordial sentirse apoyada y tener una familia. Pero lo más esencial es escucharla. En consecuencia, hay que eludir toda crítica a su accionar. Bastante gente deprimidas se sienten responsables y las críticas solo exacerban la situación.
No comprendo pues estas tan triste, no tienes razon!
Las causas de la depresión son múltiples, y pasan por componentes genéticos, ambientales, casuales y un largo etcétera. Este género de oraciones tienen la posibilidad de llevar a cabo bastante daño puesto que minimizan o quitan relevancia al mal que experimenta la otra persona. Por ende, inutilizan los sentimientos y el padecimiento de la persona que nos encontramos intentando de alentar.
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No aprecias la fortuna que tienes en la vida, de ahí que eres de este modo.
Síntomas de un individuo con depresión
Los síntomas de un estado depresivo siempre y en todo momento cambian y dependen de la persona. Los signos más habituales son:
- Tristeza, llanto profundo y sensación de vacío.
- Cambios de humor y raptos de frustración o irritabilidad.
- Pérdida de interés en ocupaciones agradables como deportes, hobbies o asambleas sociales.
- Insomnio o no poder levantarse de la cama.
- Falta de energía y cansancio.
- Cambios en la nutrición, como falta de apetito o mayor deseo de comer.
- Ansiedad
- Lentitud o contrariedad para meditar o efectuar movimientos.
- Sentimientos de culpa por cosas incontrolables.
- Fijación en hechos pésimos del pasado.
- Pensamientos recurrentes de suicidio.
- Mal de espalda o de cabeza.