Es un ave vigilante, ahora la menor señal de riesgo levanta el vuelo y chilla: «¡Chaha!» o «Yaha». El nombre con el que lo distinguimos está tomado de ese grito. Vuela prominente en círculos y puede mantenerse en el aire a lo largo de bastante tiempo.
Paysandú | Todo empezó una mañana en el momento en que el pequeño Juan, sentado en el piso de la salón de la vivienda, dispuso con entusiasmo los libros infantiles en el estante inferior de la biblioteca en riguroso orden de tamaño. Tuvieron bastante que realizar, hubo prácticamente mil ejemplares. Felipe, su padre, que se caracterizó por su orden, se había decidido por esta predisposición y dispuso los libros en los aparadores superiores de una escalera.
A dios gracias, Felipe por el momento no estornudaba por el polvo de los aparadores. El paro del transporte fue total, para Juan marcaba un feriado, no por el hecho de que faltara a la escuela, que le agradaba bastante, sino más bien pues era una ocasión a fin de que su familia almorzara junta. Su madre, Julieta, compartía los menesteres, paseaba con Pucho, un enorme perro salvaje.
El origen del mito chajá
Un día, según el mito chajá, tres jóvenes salieron a agarrar miel y padecieron una catástrofe. Cerca del pueblo, un jaguar o jaguar procuraba alguna presa. Desgraciadamente, el animal devoró a entre los guaraníes. Como resultado, ahora absolutamente nadie deseaba salir a la selva, no para hallar comida.
Sin más ni más preámbulos, el consejo de jubilados convocó a los jóvenes mucho más fuertes para matar a la bestia. Lamentablemente, solo apareció un niño. Salió solo, pero fue devorado por el gato sediento de sangre. Desde ese momento ahora absolutamente nadie logró caso a los llamados del consejo
Reproducción
En referencia a la reproducción de El Chaja, resaltamos su cualidad de ser un ave monógama, escoge su pareja y esta es para toda la existencia. Tienen un cortejo que dura precisamente 3 semanas, en el cortejo tanto el macho como la hembra se acicalan ellos mismos, acomodando con sus picos las plumas de la cabeza y el cuello.
Tras seleccionar pareja y ingresar en el periodo de tiempo reproductivo, si bien no hay una temporada concreta para reproducirse, los estudios y visualizaciones apuntan los meses de septiembre, octubre y noviembre como los mucho más reproductivos.