La felicidad es algo que no merecemos. Tal como Dios excusa nuestras faltas aun en el momento en que no merecemos ser perdonados, la comunicación con felicidad significa hablarle a alguien con amabilidad, aun en el momento en que esa persona no merece ese trato.
Me agradaría preguntarte: ¿qué comprendes en el momento en que escuchas charlar de la felicidad de Dios? ¿Qué te viene a la cabeza respecto a este tema?
Precisamente todos comprendemos aproximadamente el término de “felicidad”, pero pienso que frecuentemente solo nos quedamos en la área, y no profundizamos en las riquezas de felicidad que Dios tiene dispuestas para nosotros.
El los pies en el suelo y la Biblia
De las sagradas escrituras se infiere que el los pies en el suelo debe formar parte a todos y cada uno de los hombres que se identifican por el los pies en el suelo en la toma de resoluciones. Se relata el tema en los versos de Proverbios y la necesidad de ser sensato o sutil frente a las adversidades o instantes incómodos.
El los pies en el suelo es una mezcla de congruencia, sabiduría y discreción en el momento de accionar según la intención del Altísimo. La gente conocen la manera adecuada de actuar y sostener la tranquilidad más allá del género de inconveniente al que se encaren. Agraciados los que consiguen estos dones y se favorecen al notar la vida como la ve Jehová.
Una vida transformada debe ir acompañada de una charla transformada. Debemos enseñarle al planeta en nuestras diálogos que somos novedosas criaturas. El apóstol Pablo escribió a los colosenses: “Que su charla sea siempre y en todo momento con felicidad, condimentada con sal, a fin de que sepan de qué forma contestar a cada una”. (Colosenses 4: Debemos tener precaución de que todas nuestras expresiones se hable con felicidad, como lo logró Jesús: “Y todos daban testimonio de él, y estaban sorprendidos de las expresiones repletas de felicidad que salían de su boca, y afirmaban: Este es el hijo de José?» (Lucas 4:
Y adjuntado con la felicidad, nuestras diálogos asimismo han de estar condimentadas con sal, o sea, debe tener un efecto positivo en el resto. La sal puede abrasar en el momento en que se pone en una herida (Proverbios 27:6) Pero asimismo es perseverante que evita el decaimiento.La charla del fiel debe accionar como una fuerza purificadora en la mitad de una sociedad donde la multitud charla todo del mal, nuestro lenguaje debe ser diferente.