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Qué significa tener un yo fuerte

Un yo fuerte, según las teorías de Sigmund Freud, es aquel ente con la capacidad de entender sus pretensiones y, por su parte, intuir los límites que la sociedad le impone.

Ahora les charlé en un articulo previo, no hace bastante, de la «estrategia» del obsesivo con relación a su deseo. Principalmente lo que ofrece Lacan en su escrito “La dirección de la curación y los principios de su poder”, escrito en el que disponemos geniales “advertencias” clínicas sobre de qué manera operar en la cura del obsesivo.

Más allá de que esta escritura se anota en lo que llamamos la «primera enseñanza» de Lacan, es una concepción que, no obstante, no se abandonará.

¿Una manera de masoquismo inacabado? -Conjunto Psicosomático FEPAL

Una aproximación psicoanalítica a determinados dolores físicos

¿De qué forma entendemos cuándo proyectamos, cuándo entramos en el territorio de la sombra?

En el momento en que alguien, con su actitud o sus ideas, nos perjudica emotivamente y respondemos de forma exagerada contra esa persona, lo mucho más posible es que estemos proyectando nuestra sombra. Más allá de que las proyecciones asimismo tienen la posibilidad de ser positivas, lo que acostumbramos a ver en el resto son aquellas características que podemos encontrar mucho más inaguantables en nosotros. Por consiguiente, para conocer estas características de nuestra sombra, debemos investigar qué reacciones y aspectos nos incordian en el resto y exactamente en qué medida nos afectan. Si lo que mucho más odio y detesto es el orgullo, por poner un ejemplo, lo mucho más posible es que esté ensayando características de mi sombra personal, si bien esto me resulte increíblemente bien difícil de aceptar. Naturalmente, no todo cuanto criticamos es una proyección, pero si actuamos desmesuradamente con relación a lo que objetivamente no es tan esencial, quiere decir que algo se ha habilitado en nuestro inconsciente. Si aceptamos la compromiso de nuestras conmuevas al producir el desarrollo de proyección, tenemos la posibilidad de cambiar nuestra iniciativa y sentimiento hacia la gente que nos cubren a una visión mucho más verdadera.

Como enseña la psicología generalmente, el diálogo frente a frente entre la conciencia y su sombra es una necesidad terapéutica. La mejor forma de integrar nuestras partes internas opuestas, de alumbrar nuestra sombra personal, es encararla y estimar conocerla responsablemente, aceptar que esas especificaciones y atributos negativos que negamos en nosotros viven verdaderamente en la parte obscura de nuestro ser. personalidad, que nuestra sombra tiene dentro los puntos mucho más primitivos y desadaptativos de nuestra naturaleza que rechazamos por causas sociales, culturales y morales. Tomar conciencia de nuestra sombra es un reto ética bien difícil, un conocimiento lamentable de conseguir, que empieza por “estimar entender” nuestra parte negativa que el ego ha rechazado: nuestra maldad, avaricia, codicia, envidia, celos…, realizar siendo conscientes de nuestros enfrentamientos inconscientes. De esta forma tenemos la posibilidad de estudiar a apropiarnos de nuestras proyecciones y recobrar toda la energía y fuerza que oculta nuestra sombra. En el momento en que descubrimos nuestro lado obscuro, empezamos a relacionarnos con nuestro inconsciente (que no es irreconocible) y reorganizamos nuestra personalidad y ampliamos nuestra identidad.

¿Qué es la salud psicológica? según Sigmund Freud

Opuestamente a esta contestación utópica de la OMS sobre lo que significa estar saludable, Freud ofrece algo mucho más fácil y realizable. En 1939, en el momento en que un periodista le preguntó qué significaba para él un individuo sana, madura y también dentro en la sociedad. El periodista aguardaba una contestación complicada, habituada al estilo del padre del psicoanálisis, pero se sorprendió al comprender que Freud solo lo explicaba de esta forma: «Amigo mío, alguno con la capacidad de querer y trabajar».

Y no fue únicamente una contestación rápida lo que dio Freud en su instante, ahora lo pensaba en 1902, y lo ha dicho con relación al análisis : “El régimen no puede plantearse para otro fin que la curación del tolerante, la restauración de su aptitud de trabajo y de exitación” (El procedimiento psicoanalítico).

Causas por las que no desarrollamos un Yo fuerte

En nosotros cohabitan 2 fuerzas opuestas. Por una parte está el Iss, con sus pretensiones básicas y elementales. Por otra parte, el superyó, con esa sociedad rigurosa que determina nuestros deseos, pretensiones, sueños…

  • El Eso, según Freud, siempre y en todo momento precisa algo, siempre y en todo momento siente que alguna dimensión insatisfecha está desaparecido.. Es alterado, ansioso, no comprende el pasado ni el futuro, su apetito siempre y en todo momento se prolonga al instante presente.
  • El superyó, por su lado, es un ente complejo que siempre y en todo momento nos ordena a postergar las cosas. Posterga nuestros sueños, limita las libertades, controla nuestro accionar… Es ese ente popular y cultural que nos moldea y actúa como su fuerza represiva.
  • El Ser está en la mitad de todo. No en todos los casos es viable conciliar pretensiones con obligaciones, sueños y deseos con el molde que define a la sociedad. Algo de este modo quiere decir que con frecuencia no conseguimos desarrollar un yo fuerte; es mucho más, en ocasiones aun estamos fragmentados y perdidos.

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