Tristeza Se asocia a un incremento de actividad en el lóbulo occipital derecho, ínsula izquierda, tálamo izquierdo, amígdala y también hipocampo. El hipocampo está poderosamente relacionado a la memoria y tiene sentido que la conciencia de determinados recuerdos se asocie con el sentimiento de tristeza.
El día de hoy deseamos charlar y reforzar en la administración sensible, parte y ingrediente primordial de la Sabiduría Sensible, y de qué manera tenemos la posibilidad de ponerla en práctica con relación a la emoción concreta de la tristeza.
Sobre las conmuevas básicas, Dafne Cataluña, creadora del IEPP, ahora escribió un producto enumerándolas una a una. Aquí lo tienes ahora.
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En sueños
Según la filosofía budista, la negación del cambio incesante y la impermanencia lleva a nuestra neurosis y padecimiento. Por consiguiente, la clave para transformarse en Buda es admitir la impermanencia como el sello propio de la presencia.
En ocasiones la impermanencia es una separación extremista. En otras ocasiones es solo un cambio sutil que no apreciamos, el género de cambio que experimentamos cientos de ocasiones cada día. Esta serie de cambios, de un día a otro, de una estación a otra, de una vida a otra, forma la experiencia liminal del ser que detalla acertadamente el budismo. Por liminal deseo decir que está entre 2 estados, que está siempre y en todo momento en transición, alén del alcance de la lógica y el control, alén de los confines de las escrituras de nuestra cultura y las camisas de fuerza de nuestros conceptos. En el budismo Vajrayana, entre los campos de entrenamiento para integrar este planeta dinámico está en nuestros sueños.
¿Qué realizar si andas triste?
- Llora si tienes ganas. La tristeza es una emoción como cualquier otra y tiene su función. Tienes derecho a sentirte triste y plañir si lo precisas. No es moco de pavo comprender qué realizar en el momento en que andas triste.
- Admite tu instante y date un respiro. Está bien, en ocasiones la manera más óptima de cambiar algo es admitirlo y dejar de combatir contra ello. No requerimos sentirnos contentos inmediatamente, cada desarrollo transporta su tiempo.
- No juzgues lo que sientes. El juicio que hacemos sobre nuestros sentimientos crea mayor malestar: “lo que debo sentir, lo que van a pensar el resto, lo que pienso que soy por sentirme de esta forma…”. Estar triste no nos afectaría tanto si no pensáramos que afirma algo sobre nosotros y nos aferráramos a ello; tenemos la posibilidad de verlo como una emoción que, como cualquier otra, en relación llega, se marcha.
- No te aísles. La inclinación a aislarnos ayuda a que nos sintamos aún peor en el momento en que nos encontramos tristes. Más allá de que es verdad que hay instantes en los que requerimos estar solos, comunicar instantes con otra gente nos distrae, nos hace meditar en otras cosas para no proseguir nutriendo el sentimiento negativo.
- Háblalo, compártelo. En el momento en que estamos tristes no debemos pasar solos; Si lo procura, descubrirá que charlar de algo o desquitarse puede ser verdaderamente liberador. Siempre y en todo momento vamos a encontrar por lo menos UNA persona preparada para escucharnos: un amigo, un familiar, un popular, un profesional… ¡Hasta un períodico puede ser realmente útil!
- Tómate tu tiempo, ¿qué deseas llevar a cabo? A priori la contestación puede ser “nada”, la apatía se apropia de nuestro poder de resolución. Si esto prosigue en el tiempo, detente y piensa con tranquilidad, ¿andas seguro de que algo no te viene a la cabeza? Las pequeñas cosas llenan nuestro día a día: un baño ardiente, una película, salir a caminar, charlar con un amigo, elaborar nuestro plato preferido, apuntarnos a una actividad… este género de ocupaciones nos asisten a sentirnos menos tristes.
- Protege tu fachada y también higiene personal. Dúchate, vístete y protege tu higiene personal. Prestar atención a algo tan básico es primordial, es cuidarnos a nosotros: si hay un individuo que no puede olvidarte, eres tú mismo. Además de esto, verse bien es aporta un beneficio para nuestro estado anímico.
- Sal a la calle. Si pasamos todo el día en nuestra burbuja, la atmósfera ocasionalmente se volverá desganada. Hay mucho más oxígeno ahí fuera, ¡sal ahí fuera y respira!
- Entablar una rutina. Esto nos transporta a ordenar nuestro día a día y no abandonarnos en la tristeza y la soledad.
- Ejerce deportes. Hacer deporte, aparte de asistirnos a desconectar y dejar en libertad conmuevas, provoca que generemos una sucesión de hormonas que nos asisten a sostener un estado anímico positivo en frente de la tristeza y la soledad.
- Concéntrate en el presente. “Lo hecho, hecho está”, semeja simple de decir pero no tenemos la posibilidad de regresar atrás para recobrar el tiempo o cambiar el pasado. No obstante, tenemos la posibilidad de centrar nuestra atención y esfuerzo en el ‘el día de hoy’, para explotar el tiempo y cambiar el futuro. Es esencial tener esto presente para batallar la soledad.
- Márcate pequeñas misiones del día a día o por semana para batallar la tristeza y la soledad. Esto causa que nos centremos en otros temas y prestemos menos atención a eso que nos preocupa. Basta de pequeños hechos reconfortantes, Roma no se edificó en un día. Comprobar y ver que los logramos anima y impulsa.
- Busca asistencia técnica. En el momento en que nos encontramos tristes, no tenemos la posibilidad de recuperarnos confiando solo en nuestro ambiente, pero eso no quiere decir que no haya salida. Tal como vamos al médico en el momento en que nos duelen los pies, ¿por qué razón no asistir al sicólogo en el momento en que nos duele el corazón?
Acrecentar la tolerancia a los pensamientos malos:
En contestación a un pensamiento como «No lo soporto», se le anima a modificarlo por un mucho más uno adaptable como «Soy suficientemente fuerte para tomarlo». En el momento en que eres con la capacidad de tolerar altos escenarios de disforia sin sentirte bastante molesto, experimentas un incremento en el control, lo que detiene los efectos de la tristeza. Además de esto, hace más fuerte tu tolerancia y incrementa el tiempo entre sentir tristeza y también llevar a cabo elementos adaptativos para reducirla.
El rencor y el resentimiento jamás fueron buenos compañeros en la vida. Estudiar a perdonar tiene la posibilidad de tener un encontronazo directo en tu emoción de tristeza. En ocasiones hablamos de perdonar a alguien mucho más y en otras ocasiones hablamos de perdonarnos a nosotros.
Corteza límbica
Esta parte tiene dentro 2 construcciones, la circunvolución del cíngulo y la circunvolución del hipocampo. Juntos afectan el estado anímico, la motivación y el juicio.
Los estudios de tomografía por emisión de positrones y fMRI demostraron que es mucho más posible que ciertas conmuevas estén socias con distintas zonas de la actividad del sistema límbico que otras.