Una investigación declara que los gatos son menos fieles a sus dueños que los perros. El estudio reciente implicó a 36 felinos, jóvenes y viejos. Los gatos no son precisamente conocidos por ser animales fieles, y un nuevo estudio semeja corroborar que no son los mucho más fieles.
Enseñan a sus hijos a ser mejores
Los perros son enormes profesores para los pequeños, si bien ellos no se den cuenta, despiertan los estímulos del niño y les enseñan a respetar a el resto animales. Los pequeños que se crían con un perro tienen mejor autovaloración.
Tienen mala reputación, pero no es verdad
Comentan que los gatos no desean el cariño de sus dueños, que prosiguen su sendero o que son muy independientes, pero eso no es verdad. Un gato es una mascota que si lo tratas bien y le das amor, te responderá del mismo modo. Si lo tratas con amor y cariño, se va a subir a tus piernas para ronronear y aguardará que le devuelvas esta exhibe de cariño con fachada de caricias. O sea primordial para los pequeños, puesto que van a aprender que si desean recibir amor de sus gatos, primero tienen que tratarlos bien. Y si los tratan mal, los gatos les van a dar la espalda… ese es el comienzo de la empatía.
Conque si has oído que los gatos son criaturas solitarias, ignóralo, por el hecho de que los gatos tienen la posibilidad de estudiar a divertirse como un perro. Personalmente tengo un gato al que tenemos la posibilidad de sacar a pasear, que coge bolas de papel y te las trae a fin de que se las devuelvas y en el momento en que nos encontramos enfermos solo está con nosotros para calentarnos… sin dependencia y ¿solitario? ¡Nada de eso!
El apego sigue en el tiempo
En el momento en que el cuidador vuelve tras 2 minutos de sepa, los gatos con apego seguro están menos estresados y equilibran su atención entre la persona y su ambiente y, por poner un ejemplo, prosiguió explorando la habitación.
Por contra, los gatos con apego inseguro daban a conocer signos de agobio como desplazar la cola y lamerse los labios o distanciarse de la persona, evitándola e inclusive aferrándose a ella saltando sobre su regazo pero sin desplazarse, exhibiendo accionar bivalente, esto es, de signos opuestos, según la OSU.