Quién fue la primera persona en orar en la Biblia

La primera persona en la Biblia que entró en un trueque vivo con este Dios, esto es, que oró, fue Abraham (Gen 20, 17) «Abraham», afirma YOUCAT, 471, «escuchaba a Dios. Era prestos a proceder a donde Dios desee y llevar a cabo lo que Dios desee…

«Orad sin cesar» recuerda el apóstol Pablo a los leales de la iglesia de Tesalónica (5,17), por ejemplo prescripciones que los fieles tienen que tener en cuenta en la espera de la Segunda Venida de Jesucristo.

En los últimos tiempos, la iglesia evangélica sudamericana semeja haber entrado en un estado de indiferencia en relación a la práctica de la oración, lo que puede estar animado por múltiples causas. pienso que una de ellas es porque nos encontramos metidos en una cultura occidental posmoderna donde las cosas cada vez son más fugaces y el corto período es lo que semeja primar en nuestra conciencia, habitamos enormes urbes sin ingreso a cajeros que nos den dinero al momento, sitios de comidas de comida rápida, medios de transporte los ritmos acelerados y todo el alboroto de ocupaciones en las que formamos parte, introduciéndonos en la paradoja de “ahorrar tiempo” y donde, en el final, estamos con que el tiempo igual no nos consigue.

¿Qué es el ayuno en la Biblia?

Si has estado visitando una congregación cristiana por un tiempo, probablemente hayas escuchado la palabra “ayuno”. Pero, ¿qué es precisamente el ayuno, por qué razón ayunas, de qué manera ayunas y cuáles son ciertos ejemplos de ayuno en la Biblia?

El ayuno es fundamentalmente abstenerse de comer (o cualquier otra cosa) por un periodo temporal y enfocar tus pensamientos en Dios. A lo largo de todo este tiempo, la multitud lee la Biblia, ora y adora. El ayuno se comunica mucho más de 50 ocasiones en el Viejo y Nuevo Testamento.

Dios le dio un plan

Dios deseaba vincular su obra en el planeta con las frases de su pueblo. Noé oró y Dios le dio un chato para el arca de liberación. Moisés oró y Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Gedeón oró, y las huestes de un enemigo excelente escaparon atemorizados frente sus trescientos hombres valientes que oraban. Daniel oró y la boca de los leones se cerró. Elías oró y el fuego de Dios consumió el sacrificio y el agua que rodeaba el altar. David oró y derrotó a Goliat en el campo de guerra de los filisteos.

Los acólitos oraron y fueron llenos del Espíritu Santurrón, añadiendo 3,000 personas a la iglesia en un día. Pablo oró y cientos y cientos de iglesias nacieron en Asia Menor y Europa. Dios precisamente responde las frases.